7 dic 2009

Realidades como best-sellers






Después de devorar con un placer casi infinito el menú de 7€ que ofrecen en el bar de la universidad, la vida es más fácil, o dicho de una manera más orteguiana, mi vida es más fácil.

En los instantes que dura mi acometida feroz contra toda la materia comestible que antes generosamente alguien me ha servido en el plato, no pienso en los atroces acontecimientos que no muy lejos de aquí sacuden a millones de personas.

Una vez que he acabado de engullir toda la comida vuelvo de forma mecánica a la Realidad. Quiero hacerlo porque me incomodan profundamente las otras realidades que la gente común, como yo, está demasiado acostumbrada a idear. Necesitamos imperiosamente sobrevivir con alivio a la Realidad, se debe pensar con desafectada determinación.

En estos momentos, me parece indigno no acordarme de uno pedazo de Ella que me inquieta con algo más de impetuosidad que aquéllos otros que ya tengo asentados en mi sufrimiento.

9000 kilómetros me separan del espacio físico y real donde los hechos describen algo mucho más veraz y doloroso que todas esas realidades-best-seller que tanto gustan y entretienen por aquí. En Honduras, país que no hace mucho disfrutaba de una cierta democracia, el ejército se levantó contra su pueblo y contra su gobierno.

Se dice que un tal Mel Zelaya, poseído por sus más bajos instintos democráticos, quiso hacer un referéndum para que el pueblo decidiera sobre una cuestión de la que dependía el futuro político del país. En aquél momento, él era el presidente elegido por ell@s pero poco después sería secuestrado y expulsado del país por… Bueno, creo que tod@s ya sabemos quiénes fueron los que se encargaron de realizar dicha maniobra. Hordas de gentes salieron a las calles para reclamar el regreso de Mel, de su democracia; muchos murieron, otros tantos sufrieron el indómito calvario de quiénes son desposeídos y expoliados por la fuerza de las armas.

Hasta aquí llega la Realidad que el mundo conoce. Después vienen las confusiones y los desencuentros, vienen todas esas realidades que destejen y deshacen hasta que muchos no se acuerdan  de cómo es la Realidad, de cómo es ese pequeño (o grande para much@s hondureñ@s) pedazo que hoy quería  recordar

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