(Breve
aproximación a un fenómeno)
Hay una cuestión que me parece
oportuno subrayar, y que tiene que ver con un aspecto -que considero
científico- de la acción política. Hace referencia a la factibilidad de unos
determinados objetivos políticos y a su adecuación a un determinado contexto social que constituye "su circunstancia" en un momento dado de la Historia. Si consideramos, por un lado, la
falta de trabajo como el mayor problema, mensurable y tangible, que asola a la
población catalana y, por otro, el desmantelamiento de lo público, como segunda
cuestión en importancia, parecería claro que cualquier acción política que
fuera considerada progresista y de izquierdas tendría que ir encaminada,
principalmente, hacia la resolución de lo primero. Dicha cuestión, antes
referida, no es otra que la gestión de un tiempo y flujo de energías limitados
que permite el funcionamiento óptimo de una maquinaria dada que, en este caso,
se corresponde a una formación política en concreto.
Pues
bien, si dada una jerarquía (entendida como el consenso que determina la
importancia y magnitud de cada problema) la acción política se divide y
multiplica para dar respuesta a toda una serie de cuestiones secundarias y
retrospectivas, una cantidad importante de tiempo y energía se va a perder en
una serie de objetivos que no queda muy claro que puedan ayudar a resolver el mayor de los problemas y más importante de todos. A eso lo llamo discordancia
política y supone una merma, por cuanto que hay un cantidad indeterminada de
tiempo y de energía que se pierde en acciones políticas que son ornamentales
las más de las veces. Tengo la sensación que la acción política de la CUP
adolece de este problema y tiende peligrosamente hacia la marginalidad, que
muchos han convertido en punta de lanza de una pretendida "lucha
popular" más metonímica que prototípica. En la situación actual, para
construir, políticamente, la mirada ha de estar puesta necesariamente en el
futuro y las acciones políticas han de estar en concordancia con él. Si, por el
contrario, la mirada está puesta en el pasado y las acciones en concordancia con aquél, nos encontraremos con lo que yo
denominaría inoperancia factual.
O dicho
de otra manera: la lucha por un trabajo para todos y la defensa de lo público
afecta por igual a inmigrantes, trabajadoras sexuales, mossos,
independentistas, federalistas, españolistas, católicos, ateos, etc. Pero no
sucede lo mismo si cuando luchamos lo hacemos por la independencia de Cataluña,
por el derecho de tal o cuál persona concreta o por la criminalización
interesada de algunos colectivos profesionales, aún existiendo motivos para su
cuestionamiento. No se trata de luchar enconadamente por el color y la calidad
de los materiales con los que se quiere reconstruir el puente que ha sido
dañado en su estructura, se trata más bien de reconstruirlo cuanto antes y de
recuperar su funcionalidad utilizando para ello el mejor material posible de
entre los que se disponen. El tiempo es finito y las energías limitadas, no
podemos conseguirlo todo pero sí cosas importantísimas como, por
ejemplo, una amplia unidad progresista que tenga la economía y el paro como sus
principales objetivos de acción política transformadora.